lunes, 2 de marzo de 2015

Un día cualquiera


Lo había perdido todo incluso la dignidad, la dignidad de un plato de comida caliente, de un techo, la dignidad de ser visible.
Rebuscó en su raído vestido hasta encontrar las monedas suficientes para tomarse algo caliente,hoy la lluvia y el frío apretaban su piel contra los huesos, entre medias ya poco quedaba. Siempre sentía una profunda desolación al entrar en cualquier café, percibía miradas que se posaban en ella sin verla, que la juzgaban sin conocerla. En éste no habría de ser distinto.
Pidió en voz muy baja ,como la de alguien que se avergüenza de existir, un café. El camarero con un mohín de desagrado se lo sirvió, ella cogió el periódico que algún cliente había dejado abandonado en la barra y comenzó a leer con desgana...«Desahucian a una familia...» , «Despiden a 300 trabajadores...» ...«El aumento de gente sin hogar un problema para...»...oyó una voz a su lado que le preguntaba si se encontraba bien, se giró con la mirada perdida, le dijo «¿que pensaría si un día cualquiera descubre que su vida está escrita en titulares…?», terminó el café y salió a escribir sobre las calles cubiertas de lluvia e indiferencia.

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